De los creadores de la comida procesada, llega… La comida altamente procesada, los ultra procesados. No es comida, son productos que las grandes empresas quieren que consumamos y debemos evitar todo lo posible.
Existen diferentes grados de procesado, ya que su definición es someter a un alimento a un proceso de transformación o elaboración. Debemos diferenciar entre comida real y no real.
¿Cómo identificar los productos ultra procesados?
- Envase: los productos frescos no procesados se envasan, van a granel.
- Etiquetas: más largaría significa más ingredientes. Y más ingredientes significa más consumo de substancias que no conocemos.
- Realzado de “cualidades”: suelen llevar alguna indicación que destaca sus “beneficios”.
Aquí os dejamos algunos ejemplos de ultra procesados, ya sean sin azúcares, sin grasas o sin sal:
¿Cuáles son sus inconvenientes?
1. Carencia nutricional
Durante su procesado la fibra, el hierro y otras vitaminas y minerales son eliminados. ¿La razón? Una mejor textura, palatabilidad y un aumento de su vida útil. Evita la carencia nutricional.
En la dieta occidental, a diferencia de otras, el consumo de fibra (frutas y verduras) no es muy elevado, por lo que consumir productos que tengan carencia de fibra no es la mejor opción, los cuales pueden fomentar estreñimiento o cáncer de colon.
Para mejorar tu dieta deberías elegir productos de densidad nutricional alta, con un gran número de nutrientes por pocas calorías, como las frutas y verduras. Evitando los alimentos de densidad energética elevada, con gran cantidad de calorías vacías.
2. Demasiado azúcar, sal y grasa.
Que los alimentos superprocesados tienen un alto contenido en azúcar, sal y grasa no es un secreto.
Las grasas, que pueden ser buenas o malas, son en este caso malas. Las empresas tienen muy en cuenta los costes, y el aceite de vegetal (casi siempre de palma) es mucho más económico que un buen aceite de oliva virgen extra. Además, estos aceites vegetales pueden haber sido hidrogenados, lo que las convierte en grasas trans, mucho más perjudiciales para nuestro organismo.
3. Causan adicción
Con el objetivo de mejorar el sabor de los alimentos, parece ser que todo vale, por eso la adición de sal, azúcar y grasa es intencionada.
Para ser más exactos, su consumo activa el sistema de recompensa del cerebro. Este ante un estímulo externo hace que dopamina y oxitocina sean liberadas. Pero cuanto más se activa más se necesita, pudiendo derivar en un comportamiento adictivo o abusivo de la comida.
4. Alto contenido en carbohidratos refinados.
Con el consumo de carbohidratos refinados la glucosa aumenta de manera inmediata en sangre, seguida de una bajada brusca que produce que volvamos a estar hambrientos al cabo de poco.
Se aconseja, al consumir alimentos feculentos, que estos sean integrales. Los alimentos integrales ralentizan la digestión manteniendo una sensación de saciedad por más tiempo. La industria sabe que un alto contenido en fibra es bueno, por eso muchos alimentos procesados lo contienen. ¡Cuidado! Estos se hacen con cereales refinados a los cuales se añade fibra. Una alternativa más saludable son los alimentos feculentos mediante cereales enteros, legumbres o tubérculos.
5. Enfermedades colaterales
Las más populares son la obesidad, diabetes, hipertensión, etc.
España tiene un índice de obesidad del 17% -17,5% en hombres y 16,5% en mujeres- según los datos de la última Encuesta Europea de Salud de 2014 (realizado cada 5 años). No obstante, el Estudio Nutricional de la Población Española (Revista Española de Cardiología, 2016) lo posicionaba en un 39,3% de españoles con sobrepeso y un 21,6, obesidad.
El problema no está solo en una sociedad adulta enferma, el problema recae en que la obesidad infantil y los menores con enfermedades cardiovasculares aumentan año tras año. Los más pequeños no saben de alimentación, aprenden de lo que ven en casa, tenemos obligación de educarlos en el ámbito alimenticio para que crezcan sanos. Actualmente, dos de cada diez niños tienen sobrepeso y uno de cada diez es obeso, tal y como se desprende de la última Encuesta Nacional de Salud.
Para terminar, estas dos pequeñas recomendaciones os ayudarán a mantener los productos ultra procesados lo más alejados posible:
- Come comida real (¡y ve al mercado!)
- Cocina todo lo que puedas